A algunos les ha podido sorprender la ausencia de comentarios en mi blog sobre lo acontecido en Casillas el pasado 14 de Agosto, pero es que ha sido necesario que transcurrieran todos estos días desde ese trágico 14 de Agosto en que Casillas de Flores se vistió de luto para poder poner en orden mis sentimientos y poder así enfrentarme a mis propios miedos. Esa madrugada del 14 de Agosto, en el inicio de las Fiestas de Verano, fueron arrebatadas de forma trágica las vidas de dos personas muy queridas y conocidas en el pueblo, Carole y Cristopher ( Cristóbal para sus amigos españoles) por un conductor que circulaba a gran velocidad y bajo los efectos del alcohol, sembrando dolor y muerte. Una de las víctimas era amigo mío, un buen amigo al que conocía desde mi más temprana adolescencia. Un gran amigo y mejor persona, que siempre tenía una sonrisa que ofrecerte y a quién nunca podré olvidar. Poseía un carácter amigable y conciliador que lo hacía ser apreciado por todos. A Carole, únicamente la conocía de verla por el pueblo, pero me consta que también era muy querida. Ambos dos dejan huérfanos, padres y hermanos que no pueden entender cómo alguien del pueblo pudo entrar en el mismo a semejante velocidad a sabiendas de que éste se encontraba en Fiestas y, que tanto la Plaza y como sus alrededores se encontraban muy concurridos de personas que disfrutábamos del comienzo de las mismas. Recuerdo esa noche como una de mis peores pesadillas en la que no podía dar crédito a lo que mis ojos veían, pues tal era la magnitud de lo acontecido: las llamas de los coches que iluminaban la noche, el olor a caucho y gasolina quemados, los fragmentos desperdigados del coche arrollado y partido por la mitad, el enorme agujero abierto en la Biblioteca, el miedo de aquéllos que se afanaban en localizar a los suyos, ya que Carole y Cristóbal podíamos haber sido cualquiera, así como el dolor y la impotencia en los rostros por las víctimas y, … en medio de este caos Cristóbal yacía inerte en el suelo, mientras su hijo me comunicaba que su padre estaba muerto y, Carole desplazada por el fuerte impacto recibido yacía muerta dentro de la Biblioteca. Sé que no podré olvidarlo mientras viva. No deseo venganza, únicamente Justicia con mayúsculas y por ello pido que todo el peso de la Ley caiga sobre aquél que ocasionó esta Tragedia y que las triquiñuelas y artimañas esgrimidas por sus abogados no le eximan de eludir la pena que merece por la magnitud de su acción; haber arrebatado dos vidas no le puede salir barato. Esa madrugada quedará grabada en el recuerdo de todos aquéllos que presenciamos dicho horror y, que tristemente marcará la historia de este pequeño pueblo, en donde todos, y precisamente por su reducido tamaño, o bien éramos amigos de las víctimas o bien nos unían lazos de parentesco.
Desde estas páginas quiero hacer llegar una súplica más que un llamamiento a la Prudencia y a la Responsabilidad para que las muertes de Caroline y Cristóbal, no hayan sido en vano y, rogar que siempre los tengamos presentes cada vez que alguien que haya bebido quiera coger un coche y /o nos sentamos tentados de quebrantar los límites de velocidad establecidos, por más que éstos nos resulten absurdos.
No quiero dejar de resaltar la solidaridad de todo el pueblo de Casillas de Flores para con las víctimas y sus familiares.
CRISTOBAL, SIEMPRE ESTARAS EN MIS RECUERDOS. FUE TODO UN HONOR CONOCERTE Y TENERTE COMO AMIGO.
CAROLE Y CRISTOBAL, CASILLAS NUNCA OS OLVIDARA.
